El pasado domingo 16 de febrero tras el ataque de una facción yihadista a una iglesia ubicada en una aldea al norte de Burkina Faso fallecieron al menos 24 cristianos.
Un nuevo fin de semana sangriento para los cristianos que habitan en suelo dominado por la ideología musulmán. El ataque al pueblo de Pansi, en Burkina Faso, dejó como saldo a 24 personas asesinadas, unos dieciocho heridos y otra tantas secuestradas. Todo esta situación se vivió luego que un grupo terrorista irrumpiera en la aldea para atacar con armas de fuego a la población local.
Desde 2015 los ataques contra iglesias y cristianos han venido en aumento, con un 2018 que tuvo la declaración de estado de emergencia por la vehemencia y ferocidad de los ataques yihadistas contra la comunidad cristianas y sus iglesias.
Los ataques cristianos, que se suceden a diario, suelen pasar entremezclados con los crímenes comunes o saqueos que se suceden en esta región del planeta. Los movimientos islamistas fundamentalistas han puesto el foco en las comunidad cristiana y la islamización de toda su área de influencia, sin importar las formas de alcanzar su objetivo radicalizado.
FUENTE: Aleteia