Establecer reglas claras y consistentes brinda a los niños una base sólida que les ayuda a sentirse protegidos y seguros. Los límites no solo son necesarios para gestionar comportamientos, sino también para enseñarles la importancia de la responsabilidad.
De igual manera:
- Premiar y reconocer los buenos comportamientos es mucho más efectivo que castigar los errores. Elogiar los esfuerzos y los logros pequeños ayuda a los niños a desarrollar una autoestima saludable y a entender qué acciones son las más adecuadas.
- Escuchar activamente y mostrar empatía ante las emociones de los niños es crucial para fomentar un ambiente de respeto mutuo. En lugar de reaccionar rápidamente, es importante ofrecer espacio para que los niños se expresen, lo que facilita una mejor resolución de conflictos.
- Los niños aprenden observando. Tu comportamiento y reacciones son un espejo de lo que ellos adoptarán. Actuar con calma, respeto y coherencia les enseñará a hacer lo mismo en sus interacciones diarias.
FUENTE: UNIR