Primero, es fundamental mantener sus rutinas diarias. Establecer horarios regulares para dormir, comer y jugar brinda a los niños una sensación de seguridad y estabilidad.
- Además, es importante no limitar la expresión de sus emociones. Permitirles expresar cómo se sienten y asegurarles que las cosas mejorarán les proporciona un espacio para procesar sus sentimientos de manera saludable.
- Crear momentos para conversar abiertamente en familia también es esencial. Estos espacios de diálogo permiten que los niños compartan sus inquietudes y sentimientos con empatía, fortaleciendo la confianza y el apoyo emocional. Aparte, enseñarles a gestionar sus emociones les ayudará a comprender que todas las emociones son válidas, aunque deben ser expresadas de manera no violenta.
- La exposición a la luz solar estimula la producción de serotonina, una hormona que contribuye a mejorar el estado de ánimo y aumentar la sensación de felicidad. Mantener a los niños activos también es crucial; el ejercicio físico promueve la liberación de endorfinas, que son fundamentales para un estado de ánimo positivo.
FUENTE: Aldeas Infantiles