Los síntomas de TDAH pueden variar, pero los más comunes incluyen falta de atención, hiperactividad e impulsividad.
La falta de atención se manifiesta en dificultades para mantener la concentración, seguir instrucciones y completar tareas. La hiperactividad se presenta como inquietud, dificultad para permanecer quieto y hablar en exceso. La impulsividad se refleja en acciones precipitadas y dificultad para esperar el turno.
El diagnóstico del TDAH no es simple y requiere la evaluación de un profesional de la salud mental. Los criterios del DSM-5 se utilizan como referencia para diagnosticar el TDAH.
Si sospechas que tu hijo podría tener TDAH, es fundamental buscar la orientación de un profesional de la salud. Igualmente es importante:
- Mantener una comunicación abierta y comprensiva con tu hijo para que se sienta apoyado.
- Trabajar en colaboración con los maestros y profesionales de la escuela para implementar estrategias educativas que apoyen las necesidades específicas de tu hijo en el aula.
- Establecer rutinas consistentes en casa para ayudar a tu hijo a mantenerse enfocado y organizado. Utiliza recordatorios visuales y calendarios para ayudarlo a seguir las tareas y actividades diarias.
- Fomentar la participación en actividades físicas regulares, que pueden ayudar a reducir la hiperactividad y mejorar la concentración.