Es fundamental que se comprenda que este cambio afectará a todos los integrantes del hogar. Para ayudar a los hijos a adaptarse, es esencial brindar apoyo emocional y herramientas para gestionar sus sentimientos.
Una buena estrategia es involucrar al niño en la preparación para el nuevo hermano. Explicar la rutina y hacerle partícipe del cuidado del bebé puede crear un sentido de responsabilidad. Además, al elegir regalos para el recién llegado, no se debe olvidar que el hermano mayor también necesita atención.
Es crucial validar las emociones del niño. Comportamientos como irritabilidad o sensibilidad son normales, y no deben minimizarse. Buscar la ayuda de un especialista en psicología infantil puede ser beneficioso para guiar a los padres en este proceso.
Recuerda que la madre también necesita tiempo para adaptarse tras el parto. Involucrar a todos en la nueva dinámica familiar facilitará la transición. Con comprensión, paciencia y un enfoque proactivo, la llegada de un nuevo hermano puede ser una experiencia positiva que fortalezca los lazos familiares.
Fuente: Ever Health