El abogado Fabrizio Bacigalupo, conocido por sus investigaciones de corrupción e irregularidades en ONGs feministas y la administración pública, se encuentra enfrentando una seguidilla de acciones judiciales emprendidas por varios grupos y personas ligados entre sí por su filiación a las organizaciones que está investigando.
Las investigaciones de Bacigalupo
El Dr. Fabrizio Bacigalupo se ha destacado en los últimos años por investigar potenciales irregularidades en la manera en la que varias ONGs feministas han manejado el dinero del estado Uruguayo, presentando un documental titulado «El feminismo en Uruguay» de gran difusión en Youtube, pero que actualmente fue removido de la plataforma.
Posterior al último cambio de gobierno, Bacigalupo puso el ojo sobre la continuidad del control feminista-radical de dineros públicos en la actual presidencia de Luis Lacalle Pou. Esto generó una violenta reacción en las redes por parte de militantes feministas, lo que motivó su denuncia por difamación e injurias contra la conductora de TV Ciudad y controvertida líder de ONGs Denisse Legrand (una de las promotoras de causas en su contra).
Pero quizás el fuerte del Dr. Bacigalupo sea “destapar” irregularidades en los negocios con el estado de varias ONGs feministas, algo que le ha costado literalmente muy caro a las ONGs que luego de estas revelaciones han perdido más de 140 jugosos convenios con el estado.
Acoso en la justicia: Apertura de causas al por mayor.
Bacigalupo se encontraba bajo prisión domiciliaria fruto de una acción judicial por «realizar una acusación falsa en la red social Twitter» emprendida en julio del año pasado, cuando en los primeros días del mes de junio se percató de una orden de captura en su contra emitida por la justicia uruguaya.
Unas 16 mujeres de relativa exposición pública, entre ellas Legrand, todas vinculadas al movimiento feminista, coordinaron una denuncia penal colectiva contra Bacigalupo. Allí se dictaminaron nueve meses de prisión en régimen de libertad a prueba por “acoso y hostigamiento en redes sociales”.
Adicionalmente se le imputaron los delitos de difamación, incitación al odio y “desprecio” hacia personas por orientación sexual, todo sobre la base de su actividad en las redes.
La Doble Vara
Consultado sobre su opinión acerca de este caso, Bautista Gil Castillo, joven vinculado al Partido Colorado y muy activo en la red social Twitter, comentó a Despiertamedia:
“El hostigamiento hacia cualquier persona genera preocupación, ya sea en cualquier ámbito; también lo que veo es que hay una especie de doble vara, porque en lo personal a mí también me ha tocado ser atacado constantemente por diversas cuentas truchas, varias que se hacen pasar por mí. No veo que la condena social o jurídica esté, o que ni siquiera la social sea de la misma manera. O sea que, sin lugar a dudas, acá lo que hay también tiene que ver con una doble vara que está existiendo en el sistema, que lamentablemente es muy triste y termina en situaciones injustas. Yo no voy a opinar sobre si corresponden o no corresponden las sanciones jurídicas que recibió Bacigalupo, pero sí voy a decir por lo menos que es injusto que a uno se lo mida de una forma y a otro de otra.”
La espalda
Bacigalupo se encontraba vinculado al Partido Colorado y llevando adelante su candidatura a concejal. Consultado sobre la reacción del partido a este tema nos comentó:
“Yo personalmente no escuché jamás nombrar el tema dentro del partido en ninguna de las dos salas. Creo que, igualmente, es una cosa preocupante, porque creo que sin lugar a dudas es un tema relevante para nuestra “colectividad”. Me parece que podríamos aprovechar esta instancia para que esto llegara a las autoridades.”
“…. considero que lo que estamos viendo acá es una especie de doble vara que lamentablemente de a poco la estamos internalizando en la sociedad. Me parece que eso es lo que hace que a veces, lamentablemente, la gente no se anime a opinar.”
¿Está la justicia tomada?
En un momento en que la ideologización feminista de la justicia con las irregularidades de fiscalía respecto al trabajo periodístico de Ignacio Alvarez se ha puesto de manifiesto, el trato inusualmente severo que se le está dando a Bacigalupo lleva a preguntarse: ¿Está el feminismo (su inmensa red de organizaciones, colectivos, institutos, dependencias, observatorios, redes y comisiones) utilizando a una justicia uruguaya tomada, para defender sus cuestionados negocios con el estado y perseguir a quienes disienten con su ideología? ¿Es justo y legítimo que la vida (y la labor investigativa) de una persona sea constantemente interrumpida por sucesivas denuncias y condenas basadas en publicaciones en las redes? ¿O es sospechosamente conveniente para proteger los negocios de sus denunciantes con el estado? ¿Nos está dando nuestra justicia, las garantías que esperamos? ¿Sigue siendo nuestra, esta justicia?