El sumo pontífice habló tras su visita a Canadá y planteó que “se puede cambiar de papa, no es un problema.” Francisco expresó que debe guardar sus fuerzas, ya sea “para servir a la Iglesia o pensar en la posibilidad de hacerme a un lado”.
No es la primera vez, en este último tiempo, que se rumorea la posibilidad de renuncia del prelado argentino. Cada vez con más frecuencia se ha visualizado al pontífice argentino agotado o en silla de ruedas, producto de sus problemas de rodilla.
En Roma, Francisco reconoció que difícilmente “pueda mantener el mismo ritmo de viajes que antes”. Allí planteó que la edad y sus limitaciones lo van llevando a guardar sus fuerzas para servir a la Iglesia. Con 85 años, el Papa afirmó que una eventual renuncia no puede ser vista como una catástrofe.