El Vaticano, luego del ascenso del Papa Francisco, ha tenido un acercamiento a China, tanto por su poderío económico como poblacional en su intento de renovar la fe y sumar fieles. Beijing fue una tendencia de la mirada de la Santa Sede buscando promover un mejor servir a la grey católica.
El intento de acercamiento católico a los comunistas chinos resultó un fracaso, que dejó en claro la falta de mirada política del Papa Francisco. Todo el trabajo iniciado en 2016, con la solicitud de renuncia a los obispos chinos para dejar lugar a los designados por el Partido Comunista Chino, tuvo su demostración de fracaso y autoritarismo del gobierno asiático con la desaparición de uno de los prelados designados por el Vaticano.
Shao Zhumin fue nombrado como Obispo de Wenzhou por Francisco en 2016. Su desaparición se da luego de varias detenciones y haber sido acusado de ‘salida ilegal’ luego de realizar una peregrinación a Europa. La iglesia en China hace seis décadas que está dividida con la denominada clandestina, y la política de acercamiento no dio frutos sino que provocó una mayor persecución de los obispos designados directamente desde la Santa Sede.
FUENTE: Varones Unidos – The Atlantic – Catholic News Agency