Una mujer cuenta con ocho meses para dejar la casa que habita con su actual pareja y que fue comprada por su exmarido. La Audiencia de Palma de Mallorca entiende que al convivir con su nuevo novio la casa dejó de ser un hogar familiar.
El exmarido había abandonado la casa como parte del acuerdo de divorcio para su uso como vivienda familiar, al contar con dos hijos en común. Es la primera vez que un tribunal aplica la nueva jurisprudencia, con la que la mujer inició una nueva relación y la llevó a vivir al hogar familiar.
El juez, en un fallo histórico, otorgó ochos meses a la mujer que abusó del uso del bien familiar para que lo abandone. Al ingresar a vivir un tercero desconocido al domicilio se entiende que la vivienda ha dejado de servir a “los fines del matrimonio”.
El tribunal ha entendido como injusto que el exmarido siga pagando la hipoteca para que su exmujer conviva allí con otra persona, aunque sus hijos vivan allí. Una vez que la mujer se retire, con el plazo de ocho meses otorgado, la vivienda volverá a manos del exmarido.
