Para empezar, asegúrate de cepillarte después de cada comida para eliminar los restos de alimentos y prevenir la acumulación de bacterias. Así mismo, renueva tu cepillo de dientes cada 3 o 4 meses para conseguir una limpieza eficaz.
De igual manera:
- No subestimes el poder del hilo dental; úsalo al menos una vez al día para eliminar la placa y las partículas de comida entre tus dientes.
- No olvides limpiar tu lengua, donde las bacterias pueden acumularse y causar mal aliento. Un raspador lingual es útil para eliminar estas bacterias de manera efectiva.
- Bebe mucha agua para mantener tu boca hidratada y evitar la sequedad, que puede contribuir al mal aliento.
- Recuerda que alimentos como la cebolla y el ajo pueden agravar el problema del mal aliento, así que intenta limitar su consumo.
FUENTE: Mayo Clinic