A pesar de su pequeño tamaño, similar a Uruguay, Hungría está marcando tendencia a nivel mundial en políticas pro-familia.
Promoción de la natalidad en las clases medias y altas
«Las mujeres húngaras con cuatro hijos o más estarán exentas de por vida del pago del impuesto a la renta», anunció el primer ministro Victor Orban.
La opción de reducir impuestos a mujeres casadas, en lugar de otorgar prebendas a madres solteras, como sucede actualmente en Uruguay, busca un efecto pro-social. Que la natalidad vuelva a concentrarse en los estratos altos de la sociedad, promoviendo la expansión transgeneracional de la cultura que lleva al éxito económico, a la vez que mitiga la tendencia a la concentración de la riqueza cada vez en menos manos que ocurre cuando la natalidad se concentra en los sectores más pobres de la sociedad.
Un antídoto a la migración masiva
Promoviendo la natalidad, Hungría también evita la erradicación de la cultura nacional que implica ser sometidos a la migración masiva organizada por los mismos organismos internacionales (ONU, BID, etc.) que promueven políticas anti-natalidad como el feminismo y la ideología de género.
En este momento, la población de Hungría se encuentra disminuyendo en 32,000 personas al año. Fruto del impacto de estas políticas anti-natalistas, las mujeres húngaras tienen actualmente menos hijos que la media de la UE. Ésto es lo que el primer ministro busca revertir con esta política.
36.000 dólares para parejas jóvenes casadas y fértiles.
La promoción de la natalidad que hará Hungría está inteligentemente diseñada para ser efectiva.
Como parte de las medidas, a las parejas jóvenes (las que en Uruguay tienen gravísimos problemas para independizarse – y ni hablemos, de tener más de un hijo -) se les ofrecerán préstamos sin intereses de 36.000 dólares los cuales, además, se cancelarán una vez tengan tres hijos.