Jugar con tus hijos es una oportunidad invaluable para conectar con ellos, fortalecer vínculos y fomentar su desarrollo integral.
- Deja que tu hijo tome el control del juego: Permítele a tu hijo elegir qué jugar y cómo hacerlo. Su imaginación y creatividad son los motores del juego, así que déjalo liderar la aventura mientras tú te sumerges en su mundo de fantasía.
- Conviértete en niño por un momento: Aunque pueda resultar difícil, desconéctate de tus preocupaciones adultas y sumérgete en el mundo de tu hijo. Abraza tu niño interior, deja a un lado el estrés y permite que la diversión y la imaginación fluyan libremente.
- Respeta la edad y el momento evolutivo de tu hijo: Cada etapa del desarrollo trae consigo distintas necesidades y habilidades. Ajusta tus expectativas y acciones según la edad de tu hijo, y disfruta de la experiencia sin presiones ni comparaciones.
FUENTE: Mejor con Salud