En noviembre de 2016, un vigués había sido condenado por injurias contra su ex pareja y emitir insultos machistas. Casi cuatro años después es liberado luego de una apelación y demostrarse que había sido denunciado mediante coacciones y motivos económicos.
Los magistrados de la Audiencia revocaron la condena tras la apelación, permitiendo recuperar su vida, aunque la misma ya había sido destruida por la denuncia falsa sobre “violencia de género”. El chantaje realizado en la previa a la denuncia de la mujer, buscando un dinero, terminó con el prestigio y las ambiciones políticas que tenía el vigués en aquellos tiempos.
El tribunal de apelación se vio azorado por cómo la jueza de violencia dejó pasar por alto el mensaje de chantaje, al calificarlo de forma “errónea y sesgada”, al no darle integridad y valor la burofax que contenía el mensaje. La audiencia se pronunció en un claro reproche a la decisión de sesgar, de parte de la jueza, las pruebas presentadas.
Fuente: La Voz de Galicia