El asesinato de Lucio Dupuy, en la provincia argentina de La Pampa, no ha hecho más que mostrar el papel feminista de la justicia. A esto se puede sumar la actitud matriarcal que toma también la sociedad, dependiendo de las personas involucradas en los sucesos.
El niño argentino de cinco años asesinado a golpes, en la ciudad pampeana de Santa Rosa por su madre y su novia, ha puesto nuevamente el valor de la familia y de una figura paterna en la crianza de un menor. En este aberrante caso, la madre venía ejerciendo una enorme presión sobre la familia del padre para obtener la tenencia. Se han planteado que, de parte de la progenitora de Lucio, hubo promesas de amenazas por denuncias falsas y solicitud de dinero para que tuviesen contacto con el pequeño.
Magdalena Espósito y Abigaíl Páez confesaron el crimen y pasan sus horas, en pabellones separados, en el Complejo Penitenciario Nº1 de San Luis. Pese a constatarse la existencia de golpes, abusos y hasta ser llevado quebrado o fisurado a marchas feministas, un sector de la población ha tomado partido a favor de las asesinas.
El brutal homicidio de Lucio Dupuy es una muestra más del poder que la ideología de género viene teniendo en la sociedad, particularmente argentina en este caso. El colectivo de actrices argentinas recibió mucha crítica por su actuación en esta situación.
Las actrices solían emitir comunicados ante diferentes sucesos y, por el silencio al que se llamó en este momento, ha generado que muchas mujeres salieran a “marcar” la ideología de este colectivo por sobre la realidad.
Fuente: Aciprensa – Infobae – Perfil – El Comercio