El presidente estadounidense anunció el camino que tomará para enfrentarse a lo que su bando considera un intento de fraude electoral en las elecciones ocurridas el 3 de Noviembre y de las que no ha surgido hasta el momento un presidente electo sino cientos de denuncias de irregularidades a una escala nunca antes vista en elecciones norteamericanas.
En la noche posterior a la elección, a horas de la madrugada, cientos de miles de votos fueron acreditados a favor de Joe Biden en los estados de Wisconsin y Michigan. En ambos Trump estaba ganando por un confortable margen previo al surgimiento de estas irregularidades.
En algunos precintos electorales se recontó un número mayor de votos que de personas habilitadas para votar.
En otras ocasiones, estados que Joe Biden necesitaría ganar para obtener la presidencia y donde su partido controla el proceso electoral, se impidió a los auditores revisar la autenticidad de los votos a medida que se recontaban, algo que fue denunciado incluso por auditores del propio Partido Demócrata.
El actual presidente anunció que iniciará un proceso legal a nivel federal con el objetivo de que se invaliden el recuento de votos fraudulentos y realizados a espaldas de los auditores, lo que podría significar la anulación de cientos de miles de votos a favor de Biden y la victoria de Trump por un cómodo margen.