El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, minimizó los aumentos de casos que se dieron en las últimas semanas por la llegada de la variante ómicron. Aunque los expertos aseguran que esta nueva cepa es mayoritaria en todo el país, el mandatario destacó la pequeña letalidad de la misma.
Bolsonaro planteó que, personas serias y no vinculadas con las farmacéuticas, ómicron podría transformarse en una vacuna y terminar siendo el fin de la pandemia. Brasil no ha informado fallecidos por esta variante aunque un paciente en el estado de Goiás, que murió el pasado 6 de enero, podría ser el primer fallecido oficial por esta nueva variante.
“Ómicron no ha matado a nadie”, dejó en claro Bolsonaro en una entrevista al portal Gazeta Brasil. El presidente brasileño reconoció, en la misma entrevista, que no es posible un nuevo confinamiento, dado que esta medida llevaría a la bancarrota del país. Bolsonaro defendió la tesis de “inmunidad colectiva” y habló de “enfermedad politizada”.
Fuente: El Observador