El activista contra la islamización, Tommy Robinson, fue encarcelado en una cárcel categoría C con mayoría de reclusos musulmanes. La tortura y vejámenes sufridos en la prisión inglesa son dignos de una película.
El activista fue colocado frente a la mezquita de la cárcel, esto permitió que los reclusos pudieran escupirlo y lanzarle excremento por la ventana, obligándolo a mantenerla cerrada y sufrir el sofocante calor en el encierro.
Que su comida fuera servida por prisioneros musulmanes generó que fuera contaminada con excrementos y vaya uno a saber que otra atrocidad debió sufrir en su sentencia corta por un delito no violento.
Ser blanco y de clase trabajadora le jugó en contra a Robinson, un ferviente activista contra la islamización de Europa y las políticas que viene llevando adelante países como Inglaterra.
FUENTE: Breitbart