El reputado lingüista considera al feminismo hegemónico una estratagema capitalista para beneficiar a las grandes corporaciones y el sistema financiero a costa de la explotación de las mujeres y la pauperización de la clase trabajadora.
Mano de obra barata
Para Chomsky la incorporación masiva de mujeres al mercado de trabajo, fué impulsada no por «la lucha de las mujeres para independizarse» como alega el feminismo, sino por las élites corporativas globales, que vieron en la extracción de la mujer de su entorno familiar para llevarla a la industria una forma de aprovechar lo que veían como una reserva inutilizada de mano de obra barata.
Una interesante nota publicada en el portal varonesunidos.com contextualiza muy bien estas declaraciones de Chomsky, destacando la caída de los salarios en relación a la productividad a medida que aumenta la incorporación de mujeres al mercado de trabajo.
Erradicación de las Amas de casa
Chomsky alega que para las corporaciones y los economistas neoliberales, el trabajo de la mujer en la casa no tiene valor porque no es retribuido monetariamente. Criar a los hijos «no es trabajo en absoluto» y por eso las madres que se encontraban realizando las tareas maternales debían ser arreadas hacia la fuerza de trabajo. Ese pastoreo es el que estaría en manos de medios, instituciones académicas, la industria del entretenimiento y el movimiento feminista financiado por la estructura de poder de la élite estadounidense: el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford, etc.
