Tamires, de 32 años, consumió a pedido de su novio píldoras mientras tenían relaciones sexuales. La mujer creyó que las píldoras eran “viagra para mujeres” y por esta situación no acudió al hospital al sufrir posteriormente calambres y sangrado. La mujer terminó sufriendo un aborto.
El novio instó a su novia a quedarse en el hogar y tomar medicamentos estomacales. Sin embargo, debió acudir de urgencia al hospital donde perdió su embarazo. El médico que atendió a la mujer llamó a la policía que terminó deteniendo a su pareja.
Desde septiembre ambos conocían el embarazo de Tamires, que acusó a su novio de haber previamente buscado una clínica de aborto y plantear la posibilidad de dar al niño en adopción.
Inducir al aborto, en Brasil, sin el consentimiento de la otra parte es un delito que se pena desde tres a diez años de prisión.