El pasado domingo se llevaron a cabo elecciones legislativas en Venezuela. El chavismo recuperó el control del Parlamento, tras perderlo hace cinco años. El acto eleccionario se destacó por las denuncias de la oposición por fraude, la alta abstención y el rechazo internacional.
El llamado de la oposición, encabezada por Juan Guaidó, a quedarse en casa generó una abstención que rondó el 70% del padrón habilitado para participar en el escrutinio. Las elecciones coincidieron con el aniversario 22 de la primera victoria electoral de Hugo Chávez Frías.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, destacó el “armado” de una nueva Asamblea Nacional y haber contado con una tremenda y gigantesca victoria. Desde 2005 que no se registraba tan baja cantidad de votantes. Las denuncias de fraude son una constante en la República Bolivariana de Venezuela, donde el recuento electrónico de votos es gestionado por Smartmatic, empresa cuestionada en Estados Unidos por un «masivo» fraude electoral en las últimas elecciones.
Internacionalmente no fue bien visto el acto eleccionario venezolano. Mike Pompeo, jefe de la diplomacia estadounidense, las tachó de farsa; en tanto, varios países de la región desconocieron los comicios legislativos del pasado domingo. La Unión Europea también opinó al respecto y desestimó que sean creíbles; también Organización de los Estados Americanos (OEA) rechazó el proceso.