La corvina blanca y la burriqueta son dos especies ícteas similares en apariencia que pueden generar cierta confusión en quienes no están familiarizados con ellas. Aunque son ambas pescados blancos, existen algunas diferencias clave que pueden ayudarte a distinguirlas:

1 – Tamaño
Una forma de distinguir entre la corvina blanca y la burriqueta es observando su tamaño. La corvina blanca es un pez más grande, generalmente alcanzando un tamaño de entre 40 y 60 centímetros en ejemplares adultos. En cambio, la burriqueta es más pequeña, normalmente no superando los 40 centímetros de longitud. Dicho esto, el tamaño no alcanza para distinguirlas ya que una burriqueta adulta puede tener el mismo tamaño de una corvina blanca juvenil, también conocida como roncadera.
2 – Forma
Otra manera de diferenciarlas es observando la forma de sus cuerpos. La corvina blanca tiene un cuerpo más alto y una cabeza más grande, mientras que la burriqueta tiene un cuerpo más alargado y estilizado.

3 – Color
También puedes diferenciarlas por el color. La corvina blanca tiene un tono más bien rubio, dorado, mientras que la burriqueta tiene un tono más gris o pardo en el lomo.
4 – Sabor
Si te encuentras con el filete ya preparado, puedes fijarte en su sabor. La corvina blanca tiene un sabor más suave pero una carne más firme, mientras que la burriqueta es más tierna, sabrosa y tiene un toque ligeramente salado.
5 – Barbilla
Por último, y quizás la forma más definitiva de identificar una burriqueta y distinguirla de la corvina es la presencia de la barbilla. La barbilla de la burriqueta es una pequeña protuberancia carnosa que sale hacia abajo desde su mentón.

En resumen, la corvina blanca y la burriqueta son dos especies similares en apariencia y hábitos, pero pueden ser diferenciadas por su tamaño, forma, color, sabor y la peculiaridad morfológica de la barbilla.